El Estado sin concepto para la igualdad de género

limpia Flores Ortiz | Opinión
2011-11-20 | Hora de creación: 01:44:11| Ultima modificación: 01:44:18
“… las feministas exigieron libertad y, al exigirla, ofrecieron figuras de lo pensable de modo nuevo y se ofrecieron a sí mismas como ejemplos que, si les prestásemos la debida atención, podrían facilitar la práctica compartida de recuperar nuestro tesoro perdido de libertad política…”

Linda M.G. Zerrilli. El feminismo y el abismo de la libertad.
El feminismo mexicano actual circula en el mercado, vendido a financiadoras internacionales y a los magros recursos de los chatos programas gubernamentales. La teoría de género surge del feminismo para la libertad y para la igualdad que reivindica el derecho a la diferencia. Esta postura es radical, jamás del acervo de la derecha conservadora. Es justiciera.

En México, el feminismo ha sido mediatizado con todo y su lenguaje, por las políticas de estado de la simulación; de esa suerte, los regímenes del conservadurismo (consciente e inconsciente), han pretendido apropiarse del discurso y erigirse en sus propulsores prácticos. Imposible.

Bastan dos ejemplos: se hace énfasis en la mediación en los casos de violencia familiar; la preservación de la familia a toda costa, antes de la integridad de las mujeres a las que se encamina a perdonar. El feminismo parte de la libertad de las mujeres para decidir si disuelven o no el vínculo conyugal.

Se sanciona el aborto con pena de cárcel. El feminismo parte de la libertad de las mujeres para decidir sobre su vida, su cuerpo y el espaciamiento de los hijos. Aquí los derechos sexuales de las mujeres son sólo reproductivos. Las mujeres que abortan y las que no quieren tener hijos, son disolutas, disuelven a los fundamentos de la sociedad.

El feminismo y la teoría de género desde ningún punto de vista pueden conciliarse con las posturas que niegan la libertad.

El voluntarismo es la enfermedad infantil del feminismo imperante en México. Viene de la ignorancia absoluta de sus teorías, peor aún, del desconocimiento elemental del sistema político mexicano, su federalismo y su funcionalidad. No puede, -porque no sabe- establecer relaciones entre el sistema de planeación, el sistema estadístico, el hacendario, la descentralización federalista, y el modelo económico imperante.

La radicalidad tendría que partir de la lucha por la autosuficiencia económica de las mujeres, es decir, su derecho a participar en la esfera de la producción. Nada puedes decidir cuando todas tus necesidades básicas dependen de otro: estás en su poder. Pero el feminismo no sabe empezar por el principio.

Las iniciativas del feminismo, son aspavientos colgados de nada. Por eso sus magníficas dos leyes generales: de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; y de Igualdad entre Mujeres y Hombres, no llevan prácticamente a ningún lado, son inviables. No se sustentan en una lógica de redistribución del gasto programable y su operación eficaz.

Las diputadas integrantes de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, no son feministas, ni representantes de las mujeres. A lo largo de la LXI legislatura, no hay una sola ley propuesta con visión sistémica, pura miscelánea.

Aprobaron, la reforma a la Ley General de Planeación para que ésta tenga perspectiva de género. Es decir, que desde la esfera de la planeación, se conciba al plan de gobierno, considerando a todos los factores que inhiben la participación de las mujeres en los distintos ámbitos de la vida nacional incluyendo a la violencia en las diferentes modalidades que se ejerce contra ellas en su vida pública y privada.

Pero las diputadas no saben lo que aprobaron, lo hicieron después de que esta iniciativa tuvo un largo periplo desde la LVIII Legislatura de ir y venir de la Cámara al Senado y de regreso, durante tres períodos legislativos; y porque la Comisión de Gobernación la había aprobado por unanimidad. Ellas no se habían percatado siquiera, de que tenían el turno de la Mesa Directiva: no se reúnen.

Un dato: emitieron convocatoria abierta para presentar proyectos para la igualdad. Dieron un plazo de una semana, en el transcurso modificaron su convocatoria y a casi dos meses de perecido el plazo que establecieron, no han emitido fallo. ¿Desierto o a quiénes le adjudicaron los recursos? Esas son.

Hay una forma de la discriminación en los ámbitos de gobierno: el desdén oculto en el lenguaje políticamente correcto. Estas diputadas, en la definición del Presupuesto, reclamaron para sí al Pleno, el derecho a dictar a las entidades del Poder Ejecutivo, desde su criterio, el destino de los recursos etiquetados aprobados por la Cámara para la igualdad y la no violencia. Invasión de un poder a otro. Nadie chistó, lo aprobaron. Esta vez el monto asignado corresponde al .04% del total del Presupuesto. Muy ufanas.

Ya está el fundamento en la Ley de Planeación, prosiguen ahora las reformas que hagan viable la redistribución del ingreso, para empezar un Presupuesto de Egresos de la Federación con Perspectiva de Género.
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